[soundcloud id=’204270455′] Experimenta: ¿Cuál es la velocidad máxima que pueden alcanzar un auto de carreras?
La Tierra gira a una velocidad mucho mayor que un auto de carreras casi 1700 kilómetros por hora. Entonces, ¿por que ni siquiera nos damos cuenta?
La respuesta está en la aceleración. La velocidad de la rotación de la Tierra es altísima pero su aceleración es mucho menor, así como constante. Por esa razón, no percibimos las imágenes que pasan a nuestro costado a 1700 kilómetros por hora.
Si quieres observar el movimiento de rotación de la Tierra y percibir su aceleración, por la tarde, un día despejado, observa el Sol antes de ocultarse y toma el tiempo que le lleva desaparecer en el horizonte.
Un día dura 24 horas; un año, 365 días. Su velocidad es siempre la misma. Así, para que cada uno de nosotros pase por las diferentes etapas de la vida, tendrán que pasar años, por más que aceleremos nuestro paso.
Algunos pisan a fondo el acelerador de su vida, porque quieren ir más rápido, vivir como adultos antes de que llegue la edad adecuada. Como si no estuviéramos felices con las etapas que Dios nos permite vivir y disfrutar.
Él dispuso un orden para nuestro crecimiento, desarrollo y madurez; alterarlo, acelerarlo más de lo que debemos, significa ir en contra de los principios de salud y felicidad que estableció. Además de vernos ridículos intentando vivir como si tuviéramos otra edad, dañamos nuestra salud mental, emocional y física.
Pide ayuda a Dios hoy mismo para que vivas y disfrutes cada etapa de tu vida a la velocidad y aceleración que él considere mejores para ti, de acuerdo a tu madurez. De cualquier manera, nunca volverás a tener la edad que ahora tienes, así que disfruta profundamente estos días que Dios te permite vivir. Cada etapa de la vida tiene sus propios dilemas.
«Él, en el momento preciso, todo lo hizo hermoso; puso además en la mente humana la idea de lo infinito, aun cuando el hombre no alcanza a comprender en toda su amplitud lo que Dios ha hecho y lo que hará» (Eclesiastés 3:11)
Tomado de: Lecturas Devocionales para Menores 2015 “Ciencia divertida para cada día” Por: Yaqueline Tello Ayala