Experimenta: Lo mismo sucede con un envase o una lata: cuanto más vaíos estén, más ruido harán. Haz la prueba. Descubrirás, también, la razón por la cual los tambores están vacíos.
Un niño y su papá estaban recostado bajo un árbol, descansando un poco después de una larga caminata por el campo. A lo lejos escucharon un ruido que parecía acercarse hacia donde ellos estaban. El padre mencionó que era una carreta e iba casi vacía. Intrigado, el niño preguntó cómo sabía que la carreta estaba casi vacía, si aún estaba muy lejos. Con una sonrisa, el papá contestó: «¡Porque hace mucho ruido!».
Hay jovencitos y señoritas que hacen mucho ruido para llamar la atención. Dicen malas palabras, hablan groseramente de alguien, se burlan de los demás, gritan en lugar de hablar, hacen bromas pesadas, presumen lo que no tienen, son rebeldes con los mayores, exageran para sobresalir. No se dan cuenta de que «hacer ruido» así, significa que la carreta de sus vidas está vacía: sus corazones carecen de Dios. Cuanto más critican, se burlan, gritan o desobedecen, más grande se hace el vacío en su interior.
¿Conoces a alguien que hace «mucho ruido»? Seguramente sí, ya que hay mucas personas que tienen el corazón vacío y lo único que pueden hacer es «ruido»; se dañan a sí mismas y molestan alos demás. Pide a Jesús que llene su corazón y que te dé paciencia.
¿«Haces ruido» al pasar por la escuela, tu casa o la calle, como esa carreta vacía? Lo que haces o dices, ¿molesta, en vez de ayudar a los demás? Revisa tu mente y tu corazón. Si deseas cambiar, dia a Jesús que te llene con su poder, sabiduría y amor hasta que tu comportamiento sea diferente. Jesús puede llenar tu vida.
«El necio no tiene deseos de aprender; solo le importa presumir de lo que sabe» (Proverbios 18:2)
Tomado de:
Lecturas Devocionales
para Menores 2015
“Ciencia divertida
para cada día”
Por: Yaqueline Tello Ayala