Caídas peligrosas
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Experimenta: ¿Cuántas veces te has caído a lo largo de tu vida?
La intensidad de una lesión depende de la fuerza, la velocidad, tu peso y el lugar de la caída. Por eso no es lo mismo una caída de las escaleras que en el piso mojado del baño, o una caída sobre un colchón. Las lesiones resultantes pueden ir desde un golpe hata una fractura grave o inclusive de la muerte; todo depende de la parte del cuerpo involucrada.
Si te has caído, sabrás que lo primero que se siente no es tanto el dolor como la vergüenza. Como si carse frente a los demás fuera igual a cometer un grave error. Para el ser humano, caerse es parte de la vida; cualquiera de nosotros podría caer en cualquier momento, a pesar de las precauciones. Pero también tenemos otra clase de caídas, aún peores: las que son producto de nuestras malas decisiones.
Si has tomasdo una mala decisión puedes contarla como caída. Reprobar una materia por no estudiar lo suficiente, relacionarse con amistades problemáticas, probar drogas o alcohol, empezar un noviazgo antes de la edad adecuada, tener un bebé fuara del matrimonio, desobedecer a tus padres, quedarte en un lugar donde no debías, mirar una plícula indebida; son apenas alguno ajemplos de «caídas» peligrosas.
Caerse es «natural» porque somos seres humanos con tendencia a hacer lo incorrecto. Pero no es lo mejor, porque estás caídas provocan lesiones que dejan cicatrices imborrables, comenzando con la vergüenza de haberte equivcado.
Jesucristo te ofrece su mano para levantarte cuando te ciagas por haber tropezado con alguna tentación; también te ofrece su perdón. Pero las cicatrices de sus manos, causadas por nuestras «caídas», no se borrarán o desaparecerán de tu memoria. Por eso piensa bien lo que harás, porque las caídas no son buenas.
«El Señor sostiene a los que caen y levanta a los que desfallecen» (Salmos 145:14)
Tomado de:
Lecturas devocionales
para Damas 2015
“Jardines del alma”
Por: Diane de Aguirre
