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Uno de los episodios verdaderamente tristes de la vida de Abram y Sarai fue el escándalo de Ismael. Lee Génesis 16: 1-8. Abram y Sarai no supieron esperar que Dios cumpliera su promesa de darles un heredero que engrandeciera su nombre e hiciera que sus descendientes fueran como la arena del mar. Así que “le ayudaron” a Dios.
¿Y qué hicieron para “ayudar” que la promesa de Dios se hiciera realidad? ¿Cómo resultó el plan? ¿De qué manera podrías estar tratando de “ayudarle” a Dios: queriendo hacer que algo suceda a tu favor que sólo Dios tiene el poder de
controlar?
Intenta lo siguiente por un día: pídele consejo a Dios sobre qué ponerte, qué comer, dónde ir, con quién hablar y qué decirles a aquellos con quienes te encuentres, etc. Busca las oportunidades para pedir el consejo de Dios antes de actuar.
*Plan de lectura para esta semana*
Patriarcas y profetas, capítulos 11 y 12
Génesis 12-15; 17: 1-16; 18
Lección de Escuela Sabática Adventista para Jóvenes
1er Trimestre 2015
Lecc. 7 Un viaje largo e inusual