Tu Biblia dice: «Algún tiempo después, se secó el arroyo porque no había llovido en el país» (1 Reyes 17: 7).
MAMÁ, mira la foto de este río, cuánta agua —comentó Giara.
—Se ve hermoso —dijo la mamá— Los ríos llevan agua, pero a veces cuando no llueve se secan. Una vez el profeta Elias le dijo al rey Acab que no llovería durante mucho tiempo porque el pueblo se había olvidado de Dios. El rey se molestó mucho y quiso lastimar a Elias, pero Dios ya le había dicho que se fuera lejos hasta el arroyo de Querit. Allí prometió cuidarlo y enviar cuervos para llevarle comida. Además, tendría suficiente agua. El tiempo pasó. Toda la vegetación comenzó a marchitarse y también poco a poco el arroyo dejó de fluir. Pobre Elias, ya no tenía agua para beber, así que Dios le dijo que tenía que irse a Sarepta porque la sequía continuaría. El profeta obedeció al Señor.
¡Qué bueno es Jesús! Le interesan nuestras necesidades y las satisface.
Materiales: Cuaderno de trabajo, lápiz y pinturas de agua.
Actividad: Que el niño(a) imagine un arroyo seco. Que trate de dibujarlo para luego colorearlo.
Gracias a Jesús porque le interesas y satisface tus necesidades.
Lecturas devocionales para los más pequeños 2015
«Eres de Jesús»
Por: Noemí Gil Gálvez