-Miren las aves que vuelan por el aire: no siembran ni cosechan ni guardan la cosecha en graneros; sin embargo, el Padre de ustedes que está en el cielo les da de comer. ¡Y ustedes valen más que las aves!» (Mateo 6: 26).
El aguilucho es una tremenda máquina de los cielos. Mantiene su pico curvo tan afilado como un cuchillo. Esto le permite cortar en bocados un conejo, una rata o un gorrión recién casados. No le gusta la comida rápida, sino comer tranquila y elegantemente.
El atajacaminos atrapa su comida en pleno vuelo, es adicto a la comida rápida. Aunque su pico es pequeño, cuando lo abre, su boca actúa como una red, que caza insectos voladores. Le encanta comer aceleradamente. Lo que el atajacaminos es en el cielo, el pato cuchara lo es en el agua. Utiliza su pico largo y ancho como una pala: mientras nada va abriendo y cerrando el pico en el agua Cada vez que lo abre, se le llena de agua con las plantas e insectos que están flotando. Luego lo cierra, el agua se escurre por los bordes y le queda la comida en la boca.
Entre las aves vegetarianas, el colibrí succiona (liba) con el pico el néctar de las flores, como cuando sorbes un jugo con pajilla o sorbete. Y el piquigrueso o picogordo, que se alimenta de semillas, con su pico corto y regordete puede quebrar la cáscara dura del carozo de una cereza como si fuera una papita frita.
Quizá te preguntes: « ¿Y esto a quién le importa?». Bueno, al piquigrueso, al colibrí y al aguilucho, obviamente. Pero a ti también debería importarte, porque si Dios se tomó tanto trabajo para diseñar cada pájaro, incluyendo la estructura del pico, ¡con cuánto mayor interés diseñó a los seres que crearía a su imagen, cuánto empeño puso en formarte a ti! Seas quien seas, vivas donde vivas, sea cual sea la forma o el tamaño de tu «pico., has sido creado de un modo especial y maravilloso. Si el Creador diseñó cada ave con la forma exacta para que pueda comer, crecer y desarrollarse, ¿no te parece que ha hecho lo mismo por ti? Busca en la Biblia qué comida va a hacer que la maquinaria de tu cuerpo funcione mejor, y «ordena» el menú de Dios para la felicidad.
Tomado de: Lecturas devocionales para Menores 2014
“En la cima”
Por: Kay D. Rizzo
