Matinal Para Menores 2014 Para el: 01 agosto
«Tu amor, Señor, llega hasta el cielo; tu fidelidad alcanza al cielo azul» (Salmo 36: 5).
Mi invitada miró a través de la ventana de la sala, hacia las montañas y dijo: «¡Todo está nublado! Esperaba ver el monte Hood antes de marcharme de Oregón». «No te preocupes, las nubes se disiparán antes del mediodía», le aseguró mi esposo. Entre el mes de octubre y el de abril, Richard no se habría atrevido a hacer la misma predicción. Durante la temporada de lluvias son muy raros los días despejados en esta región. Pero a mediados de verano es fácil afirmar que las nubes se disiparán cuando reciban el calor de los rayos del sol.
Aunque a menudo los visitantes que llegan a la zona se quejan de las nubes o de las lluvias, a los residentes no les preocupan. Incluso bromean respecto al clima lluvioso. Dicen: «No nos bronceamos, nos oxidamos». También: «En la playa es fácil distinguir a alguien que vivie en Oregón de un turista; los de Oregón tienen los pies como los patos».
Uno de los equipos de baloncesto de Oregón lleva por nombre Ducks [Patos], la razón es obvia. Incluso he escuchado a algunos residentes exagerar la cantidad de lluvia que cae cada año cuando conversan con los turistas, porque de esa forma esperan desanimarlos para que una multitud no venga a vivir entre nosotros.
Las nubes contribuyen no solamente al crecimiento de bosques con gigantescos árboles y gran cantidad de helechos, sino que también aportan la nieve que embellece las montañas y el agua de ríos y cascadas cuando llega el deshielo. ¿Pero sabes algo? Todos vivimos con nubes sobre nuestras cabezas. Son las nubes del desánimo y la preocupación; la muerte, las enfermedades y el temor a perder algo importante. Esas oscuras nubes nos impiden ser felices.
Así como los de Oregón esperan la primavera, los cristianos sabemos que Dios y sus bendiciones pueden ser encontrados en medio de las nubes más oscuras. En Exodo 19: 9, el Señor nos dice: «Voy a presentarme a ti en medio de una nube espesa». Al igual que el sol de Oregón, Dios puede disipar las nubes del desánimo y traer cielos azules, si confiamos en él.
Tomado de:
Lecturas devocionales para Menores 2014
“En la cima”
Por: Kay D. Rizzo
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