«Dios, en el principio, creó los cielos y la tierra […]. Y Dios consideró que esto era bueno» (Génesis l: 1, 10, NVl).
Crissy, de once años, anticipaba el momento de ayudar a su padre a pintar la cocina. Durante la primera hora ella embadurnó de pintura los estantes de abajo, mientras su padre pintaba los superiores. Cuando terminó el último estante, se puso en pie para estirarse. Le dolía el brazo. De hecho, le dolía todo el cuerpo. Tenía pintura en la nariz, el pelo y los brazos. Se miró las uñas y se quejó: «¡Nunca volverán a estar limpias!». Su papá la contempló y sonrió:
—Crissy, lo has hecho muy bien. Solamente nos falta una sección. ¿Podrías pintar la pared que está debajo del fregadero, por favor?
Crissy tomó la brocha y el bote de pintura y se colocó debajo del fregadero. Pasaron varios minutos mientras cambiaba el color de la pared de verde a amarillo; lo pintó todo, excepto la parte que estaba detrás de las tuberías. «¡Qué importa!», pensó.
—¿Ya has terminado? —preguntó su padre.
—Sí, todo menos detrás de las tuberías. Pero nadie se va a dar cuenta.
—Tú y yo sí. Y eso es lo que importa —dijo el padre después de una pausa.
A todos nos encanta hacer algo bien. Aunque estemos un poco avergonzados o incómodos si nos alaban, por dentro nos sentimos muy bien cuando alguien reconoce que hemos hecho un buen trabajo. Pero ¿hacemos las cosas bien únicamente para recibir las felicitaciones de los demás? ¿Y cuando no hay nadie que nos dé una palmadita en el hombro? Es muy fácil hacer chapucerías pensando que nadie las verá. En ese contexto el relato de la creación adquiere un nuevo significado.
Dios nos mostró la forma correcta de hacer las cosas. El contempló lo que había hecho y dijo que era bueno. No le hizo falta un cumplido para saber que había creado un mundo perfecto. Tú y yo lo sabemos también. No importa la tarea que emprendamos, deberíamos asegurarnos de hacerla lo mejor posible. Así no importará si los demás nos felicitan, nos critican, o se hacen de la vista gorda.
Tomado de: Lecturas devocionales para Menores 2014
“En la cima”
Por: Kay D. Rizzo