martes , 17 junio 2025
Matinal Para Damas 2014

Nunca caminamos solas

[soundcloud id=’157477360′]

«Pues a sus ángeles mandará acerca de ti, Que te guarden en todos tus caminos.” Salmo 91:11

06Era el invierno de 2003 y decidí aprovechar mis vacaciones de la facultad para colportar en la ciudad de Bovril, Entre Ríos, Argentina. Fue entonces cuando Dios me mostró su compañía de una forma muy clara y precisa. Era la primera vez que colportaba y a pesar de los errores que cometía, Dios iba a mi lado día a día.

Una mañana caminaba por la calle cuando me crucé con una señora que dijo haberme visto, aunque yo estaba segura de que era la primera vez que la veía. Dijo que me había visto trabajando en su barrio junto a un compañero. En ese tiempo yo vendía libros en dos barrios muy alejados uno del otro. Le dije a la señora que si bien era cierto que había pasado por su barrio, siempre había ido sola.

Mi grupo estaba compuesto por tres chicas y nuestro asistente era un muchacho, pero él nunca me había acompañado a aquel barrio. La señora insistía en que me había visto acompañada de un joven. Me convencí de que la señora se equivocaba de persona; tal vez había visto a una de mis compañeras. Para demostrarme que era yo a quien había visto, me dijo que llevaba puesta la misma campera que vestía en ese momento. Eso me dejó más sorprendida porque mi campera era inconfundible: era la que habíamos hecho con mis compañeros del último año de secundaria. Definitivamente, la señora me había visto a mí.

Me despedí pensando que si bien tenía razón respecto de la ropa, se había confundido respecto del joven que me acompañaba. La conversación volvía una y otra vez a mi mente hasta que, horas más tarde, comprendí que ese joven solo podía ser un ángel. Alguien a quien yo no podía ver, pero que caminaba junto a mí cuando trabajaba.

No volví a ver a la señora y hasta hoy me arrepiento de no haberle preguntado cómo era aquel “muchacho”. Yo nunca lo vi, pero entonces como ahora, puedo sentir que está a mi lado en cada momento de mi vida. No importa lo que me pase ni cómo me sienta; si estoy ansiosa, con miedo o tranquila, si necesito ayuda o solamente compañía. Dios está atento a mis necesidades y envía a su ángel para que me cuide y ayude, aunque yo no lo pueda ver. Gracias, Señor, por mi ángel. Gracias porque nunca me dejas sola.

Laura Díaz, Argentina

Tomado de: Lecturas devocionales para Damas 2014
“De mujer a mujer”
Por: Pilar Calle de Hengen

Matinales relacionados

Dios siempre, y por siempre Dios

[soundcloud id=’183894647′] “Señor, tú nos has sido refugio De generación en generación....

¿Dificultades o bendiciones?

 “Como está escrito: Por causa de ti somos muertos todo el tiempo;...

Sus obras continuan

[soundcloud id=’183541446′]  “Oí una voz que desde el cielo me decía: Escribe:...

Dios nos avisó a tiempo

 “¿Qué, pues, diremos a esto? Si Dios es por nosotros, ¿quién contra...