¡Te agarré!
«¡El hace tantas y tan grandes maravillas, cosas que nadie es capaz de comprender!» (Job 5: 9)
¿Tienes un papel y un lápiz a mano? Escribe un número de tres cifras en el cual cada cifra sea siempre inferior a la que la precede (por ejemplo, 752). Dale la vuelta a ese número (257). Ahora, resta al número más grande el más pequeño (752-257 = 495). Dale la vuelta al resultado (594). Súmalos dos últimos números (495 + 594). El resultado será 1,089. No importa qué número de tres cifras escojas al principio, si haces correctamente los cálculos, el resultado siempre será 1,089.
Hay otro juego al que puedes jugar con tus amigos que se basa en la ilusión óptica. En una tarjeta rectangular escribe: S6I5NC5. Ahora agarra otra tarjeta rectangular y colócala sobre la mitad inferior de la secuencia alfanumérica; parecerá que debajo está escrita la palabra SCIENCE, «ciencia». Tu cerebro completará automáticamente la palabra que resulta familiar. Imaginará cosas que no son o llegará a una conclusión precipitadamente, lo cual es bastante peligroso.
Si alguna vez has visto a un mago hacer «levitar» a una mujer, te habrás preguntado cómo es posible que logre romper las leyes de la gravedad. Pues no te lo preguntes más. El mago dispone de una máquina similar a la grúa hidráulica que se utiliza para reparar automóviles. La mayor parte está oculta detrás de la cortina. La parte que se ve es una tabla plana sobre la cual está tumbada la mujer. Detrás de la tabla y tras la cortina se extiende un brazo en forma de «S» que está unido a la máquina. Cuando el mago agita su varita mágica, la grúa eleva el cuerpo de la mujer. Es probable que ella lleve puesto un vestido amplio de tipo faldón para cubrir el borde de la tabla y, de ese modo, ocultar las conexiones ‘que tiene debajo. El brazo plano en forma de «S» permite al mago pasar el aro primero por un lado de la mujer flotante, y después por el otro, haciéndote pensar que efectivamente la mujer está en el aire. Engaña, ¿verdad?
Los timadores engañan utilizando ingenio, grúas elevadoras e ilusiones ópticas. Tú y yo podemos descubrir sus secretos en un momento. Pero las maravillas de Dios no funcionan así. Cuanto más analizamos sus maravillas, más misterios descubrimos. Este es uno de los motivos por los cuales el cielo nunca será aburrido.
Tomado de:
Lecturas devocionales para Menores 2014
“En la cima”
Por: Kay D. Rizzo
