«Entró en el cielo mismo, donde ahora se presenta delante de Dios para rogar en nuestro favor» (Hebreos 9: 24).
Imaginemos que vamos a un desfile. ¿Qué clase de cosas veremos? Ahora imaginemos que llegamos al desfile y hay muchísima gente de pie delante de de nosotros. Yo puedo ver bien porque soy alto. Pero tú no puedes ver el desfile porque eres bajito. Lo único que puedes ver son las piernas de la gente.
¿Qué podemos hacer? Yo te puedo levantar o ponerte sobre mis hombros. [Levante al niño.] ¡Ahora sí puedes ver! No importa que no seas alto, tú estás conmigo y yo te puedo levantar.
A veces podrías preocuparte de que no vas a ir al cielo porque cometes errores. Tal vez piensas que no eres lo suficientemente bueno. No puedes desanimarte por eso.
Nosotros iremos al cielo gracias a Jesús. Jesús es bueno, y si estamos con Jesús, él nos llevará consigo.
No importa si no eres alto. Tú puedes ver el desfile si estás conmigo.
No importa si no eres perfecto. Tú puedes ir al cielo si estás con Jesús.
Querido Jesús, yo quiero estar contigo. Amén.
Actividad: Ilustración de la enseñanza
Tomado de: Lecturas devocionales para los más pequeños 2014
«¿Qué dice Jesús?»
Rosanne C. Tetz