«Aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón». (Mateo 11: 29, RV95),.
Hagamos burbujas de jabón. No es tan fácil como parece. Tienes que soplar correctamente, ni muy suave, ni demasiado fuerte. Si soplas muy suave, las burbujas no se formarán. [Demuéstrelo.] Es necesario practicar para aprender exactamente cómo soplar. Se necesita soplar moderadamente. [Permita que el niño practique,]
La palabra «manso» podría confundirte. Algunas personas piensan que significa lo mismo que «débil». Pero no es así. Una persona mansa es tan fuerte como le sea necesario. Es como soplar para hacer burbujas: ni demasiado suave, ni demasiado fuerte. Si juegas a halar la soga con un cachorrito tienes que hacerlo suavemente, no demasiado suave, ni demasiado fuerte.
Jesús era manso. Él siempre sabía exactamente lo fuerte que tenía que ser.
No fue demasiado fuerte: los niños nunca sintieron miedo de él. No fue demasiado débil: ¡Hasta la tormenta lo obedeció!
La mansedumbre es el siguiente fruto en la lista de los frutos del Espíritu de Pablo, El Espíritu Santo puede ayudarte a ser manso. Puedes hablar con mansedumbre. Puedes jugar con mansedumbre. Puedes ser tan fuerte como sea necesario. [Agregue «Mansedumbre» al árbol.]
Querido Jesús, ayúdame a ser manso. Amén.
Materiales: Agua jabonosa, y un arco para hacer burbujas. Un corazón de papel con la palabra «Mancedumbre» escrita en él.
Actividad: Hacer burbujas de jabón.
Tomado de: Lecturas devocionales para los más pequeños 2014
“¿Qué dice Jesús?”
Rosanne C. Tetz