«El Señor es fiel, y él los mantendrá a ustedes firmes» (2 Tesalonicenses 3: 3).
Veamos cuántas cosas puedes hacer al mismo tiempo. Levántate. Ahora, sonríe. Abre los brazos. Mantenlos así y mueve los dedos. Di «no» con la cabeza. Levanta un pie. ¡Muy bien! Estás de pie, sonriendo, moviendo tus brazos y tus dedos, diciendo no con tu cabeza y sobre un solo pie. Ahora haz eso todo el día. ¡Imposible! Ya puedes parar. ¿Sabes? Hay algo que sí puedes hacer todo el día. ¡Incluso dormido! ¿Qué es? ¡Respirar! Respiras todo el día y toda la noche. ¿Es difícil hacerlo? Claro que no.
Veamos «los frutos del Espíritu» en el árbol. Ellos nos muestran cómo han de comportarse los cristianos. [Lea cada corazón de papel.] El siguiente fruto del Espíritu es la fidelidad. Cuando somos fieles, la gente puede contar con nosotros siempre. ¡Es como respirar!
Tratar de actuar correctamente sin tener el Espíritu de Dios, es como tratar de estar en un solo pie, sonreír, mover los dedos y decir «no» al mismo tiempo, y sin parar. No podemos, pero el Espíritu Santo puede ayudarnos a ser fieles. Cada mañana nos entregamos a Dios, y su Espíritu nos mantiene fieles. [Agregue el corazón «Fidelidad» al árbol.]
Querido Jesús, ayúdame a ser fiel. Amén.
Materiales: Un corazón de papel con la palabra «Fidelidad» escrita en él.
Actividad: Jugar a realizar diversos movimientos simultáneos.
Tomado de: Lecturas devocionales para los más pequeños 2014
“¿Qué dice Jesús?”
Rosanne C. Tetz