«Deben esforzarse en añadir a su fe […] dominio propio» (2 Pedro 1: 5, 6),,
[Haga un títere recortando una foto de su niño y pegándola en la parte de arriba del palito de helado.]
Llegamos al final de la lista de los frutos del Espíritu de Pablo. Hay un fruto más, del cual es necesario hablar: el dominio propio. El Espíritu Santo te ayudará a controlar lo que dices y haces.
Una persona sin dominio propio hace cosas incorrectas y dice: «No lo pude evitar». Una persona con dominio propio toma buenas decisiones.
Mira estos maravillosos frutos [señale]: Amor, alegría, paz, paciencia, compasión, bondad, fidelidad, mansedumbre. [Agregue «dominio propio».] No podemos ser todo esto sin ayuda del Espíritu Santo. Necesitamos dar a Jesús el control de nuestra vida.
Ahora haré una pregunta difícil. Si Jesús está al control de todo, ¿por qué necesitamos tener dominio propio? Porque no somos títeres. Mira este pequeño títere. Nosotros lo controlamos. Podemos hablar por él. Podemos hacer que salte. Este títere no tiene el control de sí mismo.
Nosotros sí tenemos el control de nosotros mismos. Después de que decidimos seguir a Jesús, continuamos tomando decisiones. Pero cuando le damos a Jesús el control, él nos da dominio propio.
Querido Jesús, te doy el control de mí vida. Por favor dame dominio propio. Amén.
Materiales: Una foto de su niño, un palito de helado, pegamento, papel y lápiz. Un corazón de papel con «Dominio propio» escrito sobre él.
Actividad: Ilustrar el concepto de dominio propio con un títere.
Tomado de: Lecturas devocionales para los más pequeños 2014
“¿Qué dice Jesús?”
Rosanne C. Tetz
