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Matinal Para Menores 2014

Más peligroso que Pie Grande

«Tú has sido un refugio para el pobre, un protector para el necesitado en su aflicción, refugio contra la tempestad, sombra contra el calor» (Isaías 25: 4)

14El último día de 1975, Gary Snyder, de dieciséis años, y dos de sus com­pañeros salieron de excursión al monte Hood en Oregón, para recibir en la cumbre de la montaña el bicentenario de Estados Unidos. Los tres cono­cían bien la ruta. Desde que tenía siete años, Gary había practicado mon­tañismo con su padre, un profesor de educación física y montañista profe­sional. Sus compañeros también tenían experiencia. En sus mochilas con­taban con el equipo necesario para el corto y sencillo ascenso hacia su pri­mera parada, por encima de un punto llamado «Roca Iluminación».

Pasaron su primera noche a dos mil metros de altitud, y se levantaron tem­prano, antes del amanecer. Una pequeña capa de hielo se había formado durante la noche, pero con cuidado subieron hasta la cima, alcanzando su destino justo antes de que el sol apareciera en el horizonte. La luz de la ma­ñana brillaba sobre los cristales de hielo. Después de haber disfrutado del carnaval de luces, se dieron la vuelta para descender.

A mitad de camino, cavaron un enorme refugio en la nieve, en el que co­locaron estantes de hielo para las provisiones y plataformas para ubicar sus bolsas para dormir. Los chicos pasaron horas diseñando su creativa cueva de nieve. Terminaron su esfuerzo cuando el sol se puso en el horizonte. Como estaban tan cansados, pasaron por alto establecer su ubicación con la brújula antes de dormirse.

Mientras dormían, se desató una gran tormenta de nieve. Cuando se des­pertaron, la visibilidad era nula. Recordaron que las tormentas en la montaña rara vez duran más de cuatro días, así que no había nada que temer mientras permanecieran allí. Para mantener el suministro de aire, se turnaron para qui­tar la nieve que se iba acumulando en la entrada del refugio. Durante la espera, escucharon un extraño gruñido. «¿Será Pie Grande?», bromeó uno de los chi­cos. La ocurrencia de que podría ser Pie Grande, la mítica bestia simiesca, les pareció muy graciosa. Sin embargo, las risas cesaron cuando el extraño gruñi­do se repitió con una fuerza e intensidad aterradoras.

(Continuará…)

Tomado de:
Lecturas devocionales para Menores 2014
“En la cima”
Por: Kay D. Rizzo

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