sábado , 19 abril 2025
Matinal Para Menores 2014

Un carnero preocupado

«No se preocupen por el día de mañana, porque mañana habrá tiempo para preocuparse. Cada día tiene bastante con sus propios problemas» (Mateo 6: 34)

05 feb menoresUna tarde de domingo, Pat y Ed Bailey estaban sentados viendo televisión en su casa, cuando vieron que un carnero salvaje estaba afuera mirando su propio reflejo en la ventana. Ed tomó su cámara, le tomó una foto y trató de espantarlo antes de regresar al sofá para seguir viendo la televisión. De repente, escucharon un fuerte sonido seco. Pensando que alguien había disparado al carnero, salieron de la casa y vieron al animal corriendo colina arriba. Nadie le había disparado, sino que él había embestido con sus cuernos su propia imagen en la ventana. «Me imagino que aprendió la lección», dijo Ed mientras regresaban al interior de la casa.

Antes de que cerraran la puerta, Pat miró hacia atrás y dio un grito. El carnero venía corriendo a toda velocidad para embestirla. Aparentemente había subido la colina para tomar impulso. El animal atravesó la ventana y terminó en la sala. Los Bailey tenían un carnero atolondrado y con la nariz sangrante tirado en el medio de la sala.

Como no querían que al carnero se le fuera a ocurrir salir de la casa a través de otra ventana, arrastraron al animal hasta afuera. Allí se despertó y se fue. Este carnero tenía un problema de estrés. Al ver su imagen reflejada en la ventana había creído que otro gran carnero estaba amenazando su seguridad. Al principio se inquietó con el intruso y lo estudió cuidadosamente. Luego lo atacó. Aún preocupado, decidió atacarlo nuevamente. El resultado de su segunda colisión lo convenció de que no valía la pena el esfuerzo y el dolor.

El ingenuo carnero jamás había escuchado las palabras de Jesús: «No se preocupen por el día de mañana, porque mañana habrá tiempo para preocuparse. Cada día tiene bastante con sus propios problemas». A pesar de que tenía problemas reales que resolver, como cuál sería su próxima comida, decidió preocuparse innecesariamente por el carnero detrás del ventanal. ¿Y tú? ¿Vives inquieto por lo que sucederá mañana? ¿Te preocupa que otra persona sea más popular, más atractiva, o tenga mejores calificaciones? ¿Pierdes energía golpeando tu cabeza contra problemas imaginarios, al punto de que te queda muy poco tiempo o ganas para llegar a ser la persona que Jesús quiere que seas?

Tomado de: Lecturas devocionales para Menores 2014
“En la cima”
Por: Kay D. Rizzo

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