«Vengan ustedes, los que han sido bendecidos por mi Padre; reciban el reino que está preparado para ustedes desde que Dios hizo el mundo» (Mateo 25: 34)
Una famosa marca de calzado deportivo utiliza el lema «Solo hazlo» en sus anuncios publicitarios. Estoy segura de que no estaban pensando en Agnes Bojaxhiu cuando escogieron este lema. ¿Que quién es Agnes Bojaxhiu? La ganadora del premio Nobel de la paz de 1979. ¿Qué hizo para merecer tan alto honor? ¿Negoció algún tratado nuclear? ¿Marchó en protesta contra alguna dictadura? Ahora lo vas a saber…
Mejor conocida como Madre Teresa, esta mujer decidió vivir y trabajar en los barrios marginales de Calcuta, en la India, para ayudar a los habitantes de ese lugar. Cuando la prensa le preguntó por qué lo hacía, la Madre Teresa, una pequeña monja católica, respondió: «Por la alegría de amar y ser amada». El mundo no puede entender a una mujer como la Madre Teresa.
En una ocasión, un hombre le dijo que también él tenía la vocación de trabajar para los leprosos. Ella se quedó mirándolo y le contestó: «Su vocación no es trabajar para los leprosos. Su vocación es pertenecer a Jesús». Un día Jesús regresará a la tierra para llevarse a sus hijos con él. Sean católicos, bautistas, judíos o adventistas, niños, jóvenes, hombres o mujeres, el reino de los cielos los espera.
Tal vez dirás: «Yo amo a Jesús, pero no me es posible ir a la India o a África como misionero. ¿Qué puedo hacer?». Piensa. Sé creativo. Un chico comenzó a distribuir cobijas entre los indigentes. Otros chicos de la escuela se ofrecieron como voluntarios para ayudar en un comedor público una vez a la semana. Algunos han «adoptado» a una abuela o abuelo de una residencia de ancianos de sus comunidades. Otros han ayudado a niños más pequeños a aprender a leer, o se han ofrecido como hermanos mayores a niños que no tienen familia. Aunque sus actividades varían, todos tienen algo en común: no se quedan sentados preguntándose qué pueden hacer, sino que buscan un lugar en el que se los necesite y ayudan. «Solo hazlo».
Tomado de: Lecturas devocionales para Menores 2014 “En la cima” Por: Kay D. Rizzo