«Conozco, oh Jehová, que el hombre no es señor de su camino, ni del hombre que cama es el ordenar sus pasos» Jeremías 10:23
¿Alguna vez te encontraste en una encrucijada pensando qué camino tomar o qué decidir? Todos, alguna vez, tenemos que tomar decisiones importantes en nuestra vida. Cuando las cosas parecen difíciles y no queremos equivocarnos, nos acercamos a amigos o especialistas para pedir su consejo. Este fue mi caso.
Estaba en las primeras semanas de mi embarazo cuando de pronto me sentí muy enferma; me cansaba y casi no podía caminar. Fui al médico y después de revisarme me indicó unos análisis.
Con algo de temor esperé los resultados. No imaginé lo que me esperaba: mi hemoglobina estaba bajísima. Para el médico, la única alternativa era interrumpir el embarazo. Regresé a casa y le pedí a Dios que me indicara qué hacer. Al levantarme sobre mis rodillas mi corazón sintió la seguridad de que todo iba a salir bien. Decidí que mi bebé tenía que vivir para la gloria de Dios, y me entregué confiada en brazos del Señor.
Han pasado los años y entiendo que “el corazón del hombre piensa en su camino; mas Jehová endereza sus pasos” (Prov. 16:9). El hombre por sí mismo no puede trazar correctamente su camino. Necesita la conducción divina.
Mi hija nació con bajo peso, pero muy sana. Creció en los caminos de Dios. Con mi esposo le inculcamos el servicio a la iglesia y a sus semejantes. Con el tiempo se graduó en la facultad de Teología en la Universidad Peruana Unión, se casó con un pastor, y hoy sirve a la iglesia en la Misión Peruana del Norte. Ella vive con un propósito: predicar hasta consumirse. Gracias a Dios porque no fue “el hombre quien ordenó mis pasos” aquella vez que el médico aconsejó no dejarla nacer.
Todo lo que hacemos con la vida que Dios nos da, mientras existimos, debemos hacerlo para gloria y alabanza de nuestro amado Señor y bajo su dirección, porque humanamente no estamos en condiciones de “ordenar nuestros pasos».
Hoy, si tuvieras que tomar una decisión difícil, recuerda las palabras de Jeremías: “El hombre no es señor de su camino, ni del hombre que camina es el ordenar sus pasos”. Esta tarea le sale mejor a Dios que a nosotras.
Rosa Flores de Zubieta, Perú
Tomado de: Lecturas devocionales para Damas 2014 “De mujer a mujer” Por: Pilar Calle de Hengen