domingo , 15 junio 2025
Matinal Para Menores 2014

No te dejes desanimar

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«Que nadie te desprecie» (Tito 2: 15)

no te dejes desanimarAl llegar a Múnich, Alemania, el maratonista estadounidense Frank Shorter regresaba a la ciudad que lo había visto nacer. Competiría contra sus co­terráneos en los Juegos Olímpicos de 1972. Una vez que Frank inició los cuarenta y dos kilómetros del maratón, en lo único que pensaba era en ganar.

Durante los primeros catorce kilómetros mantuvo una buena velocidad, pero aburrido por el lento ritmo de la carrera, Frank aceleró, y adelantó poco a poco a los demás corredores. Desde ese momento, fue el líder en solitario del maratón.

Cuando entró al estadio para cruzar la línea de meta, Frank esperaba un recibimiento con vítores y aplausos; pero cuando emergió del túnel que daba acceso a la pista, lo que oyó fueron abucheos y silbidos. Se preguntaba, confundido, qué estaba pasando. A pesar de la desalentadora bienvenida, Frank continuó corriendo.

Lo que Frank no sabía era que justo antes de su entrada al estadio, un espectador había saltado a la pista y había dado una vuelta entera antes de que los guardias de seguridad pudieran detenerlo y llevárselo de allí. Los abu­cheos y los silbidos iban dirigidos a aquel hombre, y no a Frank. Finalmente, Frank completó el maratón y obtuvo la medalla de oro para Estados Unidos.

Frank obviamente pensaba que el público lo estaba abucheando a él, pues era el único en la pista. Al menos eso era lo que parecía. Pero a pesar de los abucheos de la multitud, Frank no se rindió. Y es que un verdadero ganador jamás se rinde. Se dice que «los que se rinden jamás ganan, y los que ga­nan jamás se rinden».

¿Alguna vez has tratado de destacar en algo y lo único que has logrado es la desaprobación de los demás? Es muy decepcionante, ¿verdad? Te dan ga­nas de rendirte. Te entiendo perfectamente. A mí también me ha pasado. Pero la Palabra de Dios nos aconseja: «Que nadie te desprecie». No permitas que las opiniones de los demás te desanimen. Ignora los abucheos y silbidos de la multitud. Sigue el consejo de tu Entrenador, ¡y ve por el oro!

Tomado de: Lecturas devocionales para Menores 2014
“En la cima”
Por: Kay D. Rizzo

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