Vivir En Cristo Para el: 02 enero
Cada día tomamos decisiones sobre qué hacer o qué no hacer. Pero, “nuestras vidas deben reflejar el código inviolable de las más altas nomas y estándares eternos que gobiernan nuestras acciones”. En otras palabras, deben de reflejar el carácter de Cristo. Lo simple de la vida. Llenos de amor y comprensión.
Nuestra naturaleza humana se define por su conducta. “El carácter íntegro es una cualidad del alma que se manifiesta en la conducta. Un buen carácter es un capital de más valor que el oro o la plata. No lo afectan las crisis ni los fracasos, y en aquel día en que serán barridas las posesiones terrenales, os producirá ricos dividendos. La integridad, la firmeza y la perseverancia son cualidades que todos deben procurar cultivar fervorosamente; porque invisten a su poseedor con un poder irresistible, un poder que lo hará fuerte para hacer el bien, fuerte para resistir el mal y para soportar la adversidad” (¡Maranata: El Señor viene: 216!).
Hoy día vivimos más preocupados en lo que hacemos o no hacemos; Y no en lo que podemos llegar a ser con Jesús. San Pablo hablando acerca de la conducta cristiana captura la importancia de la integridad personal en los Hechos 24:16: “En todo esto procuro conservar siempre limpia mi conciencia delante de Dios y de los hombres”. En otras palabras, lo que el texto está queriendo decir es que la integridad tiene un centro de consciencia, y ese centro de toda consciencia es Cristo. Y como resultado de hacer a Jesús el centro de nuestra vida vine la decisión elegir correctamente para vivir en la presencia de Dios con una consciencia limpia, pura sin, sin mancha. La integridad es una decisión de vivir. Pero el deseo de estar en la presencia de Dios con una conciencia limpia, pura, sin mancha… es algo que solo Jesús puede despertar en el ser humano.
La integridad es un componente crucial para la realidad del cristiano. No se puede exagerar la importancia de vivir una vida de integridad. Para aquellos que hemos aceptado a Jesús como nuestro salvador, y la realidad de Cristo nos conquistó. La responsabilidad de vivir una vida de completa integridad esta siempre sobre nosotros.
Permíteme hacer una pregunta trascendental: ¿Eres la misma persona durante los días entre semana, que cuando asistes a la iglesia? Cuando fingimos, somos mera apariencia externa, nos vemos bonitos por fuera, pero por dentro sentimos un vacío que el dinero ni la comodidad puede solucionar. Santiago 1:8 lo llama “el hombre de doble ánimo…”. Y tú sabes, la duplicidad, sin embargo, es contraria a la naturaleza espiritual y daña las emociones y el espíritu.
La búsqueda de la integridad es una sana vida entre las acciones y las creencias para honrar a Dios. Cuando nos rendimos a Jesús y permitimos que nos cambie por dentro, nuestro carácter y manera de vivir cambia porque Jesús tiene el poder de transformar el corazón. Él conoce tus necesidades y luchas, incluso más de lo que tú mismo puedas conocerte. Él mira el corazón por dentro. Por lo tanto, Jesús puede hacer el grande milagro de tu vida si confía en él. Y sabes, lo maravilloso es que el cambio que Jesús hace en la vida del ser humano se hace evidente tanto por dentro como por fuera. Comenzamos a funcionar como Dios quiso, uniendo acciones derechas con motivos derechos. Y, con el tiempo, descubriremos la realización y felicidad, paz y gozo, que proviene de vivir con él.
El desafío de hoy:
1. ¡Si dudas, no lo hagas! La incertidumbre e indecisión afecta la vida espiritual. No tomes decisiones en momentos desesperados. Aprende a callar aunque las cosas no te gusten. Sigue los pasos del Maestro. No corras demasiado rápido.
Toma tiempo en oración para tomar una decisión. Busca el consejo de aquellos que luchan por tener la mente y los pensamientos de Cristo. Escribe tu experiencia…
2. Cuida tu mente. Sabes, a veces vivimos preocupados con lo que hacemos o no hacemos que perdemos de vista el verdadero problema de nosotros. Nuestro problema no es lo que hacemos o no hacemos, sino lo que somos. Hacemos cosas malas porque somos malos. El capítulo 1 de Santiago describe nuestra realidad humana. Para que exista pecado tiene que haber una lucha en la mente. Porque cuando pierdes la lucha en tu mente no hay dominio propio.
Elimina los “superfluos” de tu vida, “superfluos” son las cosas que no son importante… Has una lista de las cosas que te quitan el tiempo para Dios.
3. Pasar tiempo con Jesús es todo. El cristianismo se asemeja a su relación con Jesús. Una persona que lee la Biblia a todos los días, medita en la Palabra, se deleita en ella y toma decisiones a la luz de la Palabra de Dios no escuchará consejos errados ni tomará decisiones de las que se arrepentirá luego. Dios llama a una intimidad con él, y el estudiar la Biblia todos los días es crucial para mantener la relación con Jesús.
Elije un capítulo diario de la Biblia y léelo, luego, comenta a un amigo lo que aprendiste…
“Recuérdate, esto es necesario practicarlo todos los días hasta que Jesús vuelva”
Escrito por: Selvin Rivera
Vivir en Cristo
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