A veces los cristianos tienen miedo de predicar o evangelizar porque piensan que esto es meramente dirigir campañas evangelísticas o estar detrás de un pulpito con un micrófono en la mano. Pero, predicar o evangelizar es lo simple. Es compartir a Jesús con un amigo, con un vecino o con el compañero de la oficina…
La responsabilidad primaria del cristiano es compartir a Jesús. El cristiano que aparta tiempo para la preparación diaria con oración y estudio de la Biblia antes de ir a sus actividades diarias, está listo para predicar o evangelizar, porque se vuelve un cristiano en las manos de Jesús, capaz de hacer de cada lugar “un pedazo de cielo a aquí en la tierra”.
Los cristianos deben de ser predicadores o evangelistas de todos los días; en casa, en la calle, en la oficina, en el colegio, la universidad, en cualquier lugar donde esté. Es la única manera en que podemos cumplir la grande comisión de Jesús: Id, y haced discípulos a todas las naciones… (S. Mateo 28:19).
Tal vez te preguntes ¿Cómo? Sabes, no hay mayor beneficio en la vida del ser humano que predicar con la manera de vivir. Por eso dije que predicar o evangelizar es lo simple de la vida. Porque puedes escapar del pulpito de la iglesia pero, no puedes escapar o evitar el pulpito del diario vivir. Aunque los buenos predicadores o evangelistas siempre estén presentes en la iglesia y se deleiten en predicar o evangelizar, cada cristiano tiene la responsabilidad de compartir a Jesús. Por lo tanto, quien vive en Cristo no se sienta ociosamente a mirar como los demás miembros de iglesia hacen el trabajo. Sino que
cada día trabaja o vive por llevar almas a Jesús.
Algunos cristianos se apartan y se desvían del plan maravilloso de Dios para sus vidas porque simplemente no están dispuestos a compartir a Jesús con los demás. Pero, eso no significa que todo está perdido. Hoy tú pudiste haber fallado. Tal vez te has equivocado tanto en la vida que piensas que Dios no es capaz ni siguiera de mirarte. Entonces, mira a la gente a tu alrededor y piensa en Jesús. Descubrirás que son personas necesitadas de Cristo como tú y yo. El problema es que muchos son llevados de un lado a otro como el viento por la opinión popular. Por lo que diga o deje de decir aquel o el otro… Pero, te digo una cosa en el nombre de Jesús: nadie será salvo porque nació en la iglesia, porque tenga diez, veinte, treinta, cuarenta, sesenta años en la iglesia… o porque sea un cristiano de generaciones, porque su papá crea en Jesús o porque su abuelo fue un cristiano maravilloso de Jesús… Porque, nadie tiene derecho a predicar si no guarda la Palabra escrita. Solo será salvo aquel que un día aprendió a vivir en Cristo. Por eso, Elena White dijo que “el más grande sermón que alguien pueda predicar tiene que ver con su manera de vivir en favor del cristianismo” (Hap 407). Porque, “la religión de Cristo, ejemplificada en la vida diaria de sus seguidores, ejercerá una influencia diez veces mayor que los sermones más elocuentes…” (Testimonios para la Iglesia, tomo 4, págs. 546-547 (1878).
Permíteme contarte la experiencia de un hombre. La Biblia describe que sólo fue necesario utilizar tres palabras, que lo caracterizaron toda su vida desde que comenzó a caminar con Jesús. La Biblia lo llama Jonás. El Señor simplemente le dijo: “Levántate, ve […] y proclama” (Jonás 1:2 RV60). El cristiano no debe escaparle al pulpito de la iglesia, pero, mayor es su obra con su manera de vivir. Su fuerza debe estar inspirada en la Biblia y como Jonás, escuchar a Jesús decir: ¡Levántate, ve y proclama!
El desafío de hoy:
1. Existen muchos cristianos que predican en la iglesia, pero se sienten vacíos por dentro y no logran ser felices completamente. Tal vez, porque el mensaje que predican no toca primero sus corazones o no concuerda con su manera de vivir.
Por tanto, no prediques lo que no vives.
2. Busca a un amigo, vecino o compañero de oficina… y compártele lo que Jesús ha hecho contigo (tu experiencia con Jesús)
¿Cómo te sentiste?
3. Realiza actividades donde estés que lleven a las mentes a Jesús. En otras palabras, convierte tu espacio o lugar en un pedazo de cielo aquí en la tierra…
¡Comparte lo que hiciste!
“Recuérdate, esto es necesario practicarlo todos los días hasta que Jesús vuelva”