El cristiano necesita orar todos los días con corazón sincero a Dios mientras camine por este mundo. Aunque no tenga deseos de hacerlo. Por lo menos, ese ya es un motivo para orar. Por ejemplo, aunque sea para decirle a Dios “que no tiene ganas de orar”.
El ser humano que acepta el llamado de Jesús al cristianismo, acepta vivir en un mundo de tareas incompletas. Es una escuela que lleva nuestra manera de vivir más allá de nosotros mismos, por detrás de los propios deseos y placeres humanos. Por lo tanto, es imposible vivir esta vida y cumplir con las tareas por medio del simple esfuerzo humano.
En otras palabras, debemos desarrollar una vida fuerte de oración cada día o, de lo contrario, el cristianismo no sobrevivirá. Y sí sobrevive no será capaz de hacerte feliz completamente. Quisiera pensar que no es así, pero tengo que ser sincero contigo. El cristiano debiera reconocer y expresar su dependencia total a Dios todos los días en oración. Tal vez por eso el Señor Jesús un día dijo: “separados de mi nada podéis hacer”.
Lo que el Señor Jesús estaba queriendo decir, es que sin él, los esfuerzos humanos son insuficientes para resolver los problemas y conflictos. Porque, ¿qué tienes tú o qué tengo yo que pueda resolver la angustia del corazón, cuando sangra de dolor y el vacío del interior cada vez se hace más grande? Naturalmente no podemos hacer nada. Pero quiero que sepas que la oración permanente a Dios puede mucho. Porque Dios escucha las angustias del corazón. Clama a él en este día y él te oirá.
El cristiano que depende de sus propias fuerzas, se hiere, a veces no puede dormir por la noche, porque está frustrado, todo sale mal. Es decir, cuando el cristiano vive y sirve con sus propios recursos humanos, el día en que llegue la prueba y dificultad, será más fácil renunciar que seguir la caminata cristiana.
Nadie tiene la sabiduría para todas las decisiones de la vida. Nadie tiene la paciencia para resolver todos los conflictos encontrados. Nadie tiene tiempo para todas las tareas asignadas, energía para ir todos los días de culto a la iglesia, inspiración para dar un mensaje, suficiente compasión para las personas que lo necesitan. Sin embargo, el cristianismo no cambia esta realidad. Por eso, orar diariamente es la única elección para encontrar las fuerzas para vivir.
Cada cristiano, cada uno es miembro de la iglesia de Dios. Y el Señor Jesús dijo que la casa de Dios será llamada casa de oración (Mateo 21:13). Te preguntaste alguna vez ¿Por qué dijo esto? Él no la llamó casa de predicación o casa de adoración. Él simplemente la llamo casa de oración. Lo que Jesús tal vez quiso decir, es que sin oración el cristiano no puede permanecer en pie, ni con su paz en este mundo. Porque la predicación o la adoración a Dios con la manera de vivir nunca puede comenzar, o tener algún efecto, si el fundamento no es la práctica de la oración todos los días. Cada actividad que hagas debe ser precedida por la oración.
El desafío de hoy:
1. Practica ser un hombre y mujer de oración.
2. Ora antes de realizar cualquier actividad.
“Recuérdate, esto es necesario practicarlo todos los días hasta que Jesús vuelva”
Escrito por: Selvin Rivera
Vivir en Cristo