El más pequeño
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Lugar: Estados Unidos
Palabra de Dios: Mateo 25:34-36, 40
¿Recuerdas la parábola de las ovejas y los cabritos? El rey dijo a las ovejas que estaban a su derecha: «Vengan ustedes, a quienes mi Padre ha bendecido; reciban su herencia, el reino preparado para ustedes desde la creación del mundo. Porque tuve hambre, y ustedes me dieron de comer; tuve sed, y me dieron de beber; fui forastero, y me dieron alojamiento; necesité ropa, y me vistieron; estuve enfermo, y me atendieron; estuve en la cárcel, y me visitaron».
Cuando le preguntaron cuándo habían hecho estas cosas, les respondió: «Les aseguro que todo lo que hicieron por uno de mis hermanos, aun por el más pequeño, lo hicieron por mí».
A medida que la Navidad se acerca, a menudo pensamos en los regalos. ¿Qué nos van a regalar papá y mamá, la tía, el tío…? Los abuelos ¿nos darán dinero otra vez este año? ¿Qué nos van a regalar nuestros amigos?
Entre todo este alboroto de regalos, una familia decidió probar algo diferente. La mamá y el papá sacaron la cuenta de cuánto dinero gastaban, generalmente, en regalos para los hijos. Luego, les dieron a sus hijos un tercio de ese dinero y les dijeron que compraran en un catálogo de una organización que ayudaba a países en necesidad.
—¡Uy, miren! Por cinco pesos podemos alimentar a una familia durante una semana —exclamó uno de los chicos.
—Sí. Y dice que por quince pesos podemos enviar a un niño a la escuela durante un mes.
Los chicos se divirtieron tanto que decidieron olvidarse de los regalos de Navidad ese año, y usar el resto del dinero en ayudar a otros. ¡Qué buena idea! Esta Navidad, quizá quieras pensar en ayudar a quienes están en necesidad.
Tomado de: Meditaciones Matinales para Menores 2013
“En algún lugar del mundo”
