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Lugar: Estados Unidos
Palabra de Dios: Marcos 11:24
Mary estaba sobre sus rodillas orando, cuando una clienta entró en su comercio de venta de alimentos saludables. La mujer enseguida la vio arrodillada sobre el duro piso de cerámicos.
-¿Qué está haciendo? -le preguntó, con una mirada de perplejidad. Poniéndose de pie, Mary le contestó alegremente:
-Oh, solo estaba agradeciendo a Dios por ocuparse de un pequeño problema que tengo.
-Y ¿cuál es ese problema? -preguntó la mujer, con desdén en la voz.
-Se nos acabaron las bolsas para dar a los clientes con la mercadería.
-Y ¿Dios se ocupó de eso por usted?
-Todavía no; pero lo hará.
La mujer sacudió la cabeza, incrédulamente. Qué tontería. ¿Cómo podía la gente creer eso? Se dio vuelta, y comenzó a mirar los productos en las góndolas. En ese momento, una mujer entró en la tienda, trayendo un montón de bolsas plásticas que había guardado. Luego, otra dama entró con tres bolsas llenas de bolsas plásticas.
La clienta miró, mientras las mujeres dejaban las bolsas en la caja y se iban.
-Usted llamó a estas personas ¿no es cierto? -dijo.
Mary sacudió la cabeza; pero la clienta, obviamente, no le creía. Pero, Dios no había terminado todavía. Unos minutos más tarde, apareció un hombre con una bolsa grande, llena de bolsitas de compras.
-Señor, ¿Mary lo llamó a usted? -quiso saber la clienta. La respuesta fue que no.
-Su Dios debe estar ocupándose de usted -dijo finalmente la clienta.
Sí, Dios había contestado la oración de Mary. «Por eso les digo: Crean que ya han recibido todo lo que estén pidiendo en oración, y lo obtendrán».
Tomado de: Meditaciones Matinales para Menores 2013
“En algún lugar del mundo”