Palabras al corazón Para el: 29 noviembre
[soundcloud id=’122401747′]
Todos le conocemos pero pocos le reconocemos, todos en algún momento lo hemos sentido pero pocos lo hemos admitido, todos hemos intentado llamarle por otro nombre pero en el fondo sabemos lo que en verdad es, se llama envidia. Esos momentos en que vemos que otros obtienen o tienen lo que nosotros anhelamos tener y nuestro corazón se entristece porque no lo tenemos nosotros, tratamos de ocultar este sentimiento en un contento sutil por la otra persona, pero en el fondo nuestro corazón se encuentra triste por nosotros mismos, porque no hemos podido alcanzar lo que otros si pudieron.
Es natural tener este tipo de sentimientos que hacen parte de nuestra naturaleza pecaminosa, pero que sea natural no significa que este bien. La envidia en vez de llevarnos a un punto de superación nos lleva a la frustración, rabia, y dolor por ver realizado en otros tus sueños o tus anhelos o quizá simplemente porque tienen lo que tú no puedes tener. Has escuchado esa frase que dice, “te tengo envidia de la buena”, ¿crees que sea posible tener envidia buena? Por supuesto que no, la envidia en todas las perspectivas es destructiva y sutilmente va dañando el alma.
¿Qué tanto permites que los triunfos de otros se interpongan en tu camino? Muchas veces nos vemos atascados en nuestros proyectos y es simplemente porque en vez de mirar nuestro camino estamos concentrados en el camino que han recorrido otros. Hoy Dios quiere labrar tu camino contigo, quiere moldear tu caminar, quiere que tengas una vida exitosa, pero Dios no puede trabajar en un corazón lleno de envidia. Dios no puede trabajar en tu vida si ni siquiera tú mismo estas concentrado en ella. Dios desea deleitarse llenando nuestra vida de bendiciones, pero para esto es necesario que le entreguemos nuestro corazón. ¿Qué sería de nuestras vidas si nuestro corazón realmente perteneciera al dador de todas las cosas? Que sería de nuestras vidas si comprendiéramos que Dios cada cosa que nos da o que nos quita, será porque él conoce y sabe para qué tipo de cosas estamos preparados a recibir.
Entreguemos hoy nuestro corazón a Dios, permitamos que el quite la envidia de nuestra vida y que sea él quien nos prepare para recibir las lluvias de bendiciones que están esperando en los cielos para ser derramadas en nosotros.
Escrito por: Jazmin Barros Navarro
Narrado por : Jazmin Barros Navarro
Mar 19, 2025 0
Mar 19, 2025 0
Mar 19, 2025 0
Mar 19, 2025 0
Abr 14, 2015 0
Dic 18, 2014 1
Dic 14, 2014 0
Dic 07, 2014 0