El hijo sabio
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He conocido personas que por causa de defender sus principios han sido despedidos de sus trabajos, humillados, y en muchos casos maltratados. No es fácil ir en contra de la corriente y más aún cuando el común de las personas no entienden mucho de tus motivos para ser diferente de los demás. En otros tiempos defender los principios religiosos implicaba no solo el rechazo social sino sentencias de muerte.
La mayoría de los jóvenes o adolescentes, son enseñados por sus padres desde pequeños a tener principios y valores, los cuales esperan los padres, sus hijos los pongan en práctica a medida que crezcan. Muchos se mantienen firmes y los colocan en práctica pero hay muchos que lastimosamente, porque sus amigos ejercen cierto tipo de presión, porque las circunstancias fueron muy duras mientras crecían o por cualquiera que sea la razón que queramos encontrar, se alejan de hacer lo bueno ante los ojos de Dios.
Tu probablemente eres o alguna vez fuiste ese joven al que le hablaron y enseñaron principios en su hogar. Pero por circunstancias de la vida tomaste o estás tomando decisiones equivocadas. Tu vida no se parece hoy en casi nada a lo que evidentemente debería reflejar aquello que incontables veces tus padres se cansaron de repetir y repetir al mostrarte sus errores, y las consecuencias que tuvieron que afrontar por alejarse de lo que Dios les mostró un día a través de sus padres que debían hacer. Pero desafortunadamente, pocas veces aprendemos de las experiencias de los demás, y se hace necesario que pasemos por pruebas y situaciones difíciles antes de ver más allá de nuestros anhelos humanos y encontrarnos con la maravillosa voluntad de Dios.
Tu y yo hemos pasado esos momentos difíciles, y podría asegurar que muchos de esos momentos se habrían podido evitar si hubiéramos escuchado la voz de la experiencia. Pero finalmente somos o fuimos jóvenes y poco pensamos en las consecuencias. Poco pensamos en lo que cada decisión de hoy significará en el futuro. Pero a pesar de todo, el objetivo de cada uno de esos errores es que de cada uno de ellos tu corazón y tu mente pueda ser transformada, llevada a un encuentro con Dios. Que cada lágrima no sea en vano. Que cada momento de dolor pueda hacerte volver tu corazón a las enseñanzas que tus padres dieron y un día olvidaste que eran para ti. Hoy es un día para que renueves tus compromisos con Dios y antes de encontrarte perdido en la oscuridad aprendas «que el hijo sabio toma el consejo del padre: Mas el burlador no escucha las reprensiones» Proverbios 13:1
Escrito por: Jazmin Barros Navarro
Narrado por : Jazmin Barros Navarro
