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Lugar: California, EE.UU.
Palabra de Dios: Isaías 3:11, 10
Esteban y sus dos amigos hicieron algo tonto. Sabían que estaba mal, pero igualmente fueron y trataron de abrir una camioneta estacionada. Mientras estaban tratando de abrir la puerta, el dueño los vio.
—¡Hey! ¿Qué están haciendo? —les gritó, corriendo tras ellos.
Esteban y sus amigos salieron corriendo inmediatamente. Corrieron calle abajo, mirando para atrás varias veces, para ver si alguien los seguía de cerca. Pronto oyeron las sirenas de la policía, y se dieron cuenta de que estaban en problemas.
—¡Rápido! ¡Salten la cerca! —gritó Esteban, deteniéndose para recobrar el aliento.
Los tres saltaron lo más rápido que pudieron y siguieron corriendo. Pero, pronto se dieron cuenta de hacia dónde los llevaba el camino: derechito a la cárcel. Al saltar, se habían metido en la prisión de San Quintín.
Las autoridades atraparon a Esteban y sus amigos enseguida, y los acusaron de meterse en propiedad estatal, así como de intento de robo de auto. Aprendieron por las malas que hacer algo mal nunca es bueno; y que siempre nos mete en problemas. Eso es lo que advierte la Biblia: «¡Ay del malvado, pues le irá mal! ¡Según la obra de sus manos se le pagará!»
Por el otro lado, si somos fieles en hacer lo bueno, el resultado final será mucho más agradable. La Biblia alienta: «Díganle al justo que le irá bien, pues gozará del fruto de sus acciones».
Pide hoy a Dios que te ayude a permanecer en el camino correcto; que te ayude a ser bueno, para que al final todo te resulte bien.
Tomado de: Meditaciones Matinales para Menores 2013
“En algún lugar del mundo”