Matinal Para Damas 2013 Para el: 17 septiembre
Los ojos altivos, el corazón orgulloso y la lámpara de los malvados son pecado. Los planes bien pensados: ¡pura ganancia! Los planes apresurados: ¡puro fracaso! Proverbios 21: 4-5
En cierta ocasión que Jesucristo hablaba ante un numeroso auditorio, hizo que sus oyentes reflexionaran al decir: Supongamos que alguno de ustedes quiere construir una torre. ¿Acaso no se sienta primero a calcular el costo para ver si tiene suficiente dinero para terminarla? Si echa los cimientos y no puede terminarla, todos los que los vean comenzaran a burlarse de él (Luc. 14: 28-29). Bien podemos nosotras aplicar hoy en nuestras vidas ese principio tan practico.
Dios nos ha creado para que seamos mayordomos de la vida. Él desea que en el momento apropiado, y utilizando los recursos que nos ha otorgado, podamos construir una existencia plena que honre su nombre. El Señor nos presta la vida y nosotras somos las que determinamos que haremos con ella mientras dure. Las habilidades personales, la inteligencia, las características emocionales y el aprovechamiento de las oportunidades, son las herramientas con que contamos para edificar la vida misma.
EI escritor español Lope de Vega una vez escribió: «Pero la vida es corta; viviendo, todo falta; muriendo, todo sobra. Esta reflexión bien la podríamos comparar con el texto bíblico que dice: «Y todo lo que te venga a la mano, hazlo con todo empeño; porque en el sepulcro, adonde te diriges, no hay trabajo ni planes ni conocimiento ni sabiduría» (Ecle. 9: 10).
Haz planes, mide tus fuerzas y avanza. La «parálisis emocional» llega cuando desconfías de Dios y a la vez dudas de tus propias capacidades. Se cuentan por miles y millones los hombres y las mujeres que viven solo el instante inmediato. Personas que no tienen horizontes ni montañas que escalar. Simplemente languidecen a la vera del camino; sienten lastima de sí mismos y se limitan a ver pasar al caminante decidido, al que sabe adónde va y al que conoce los recursos que poses para llegar a la meta.
Escucha lo que el Señor te dice en su Palabra: «Solo te pido que tengas mucho valor y firmeza para obedecer toda la ley que mi siervo Moisés te mandó. No te apartes de ella para nada; solo así tendrás éxito dondequiera que vayas» (Jos. 1: 7). Que la ley y los principios divinos sean el cimiento de unos planes bien organizados.
Tomado de: Meditaciones Matinales para Damas 2013
“Aliento para cada día”
Por: Erna Alvarado
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