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Yo hablo con muchas madres en estos días, especialmente con las que tienen niños pequeños y se sienten al borde del agotamiento. Piensan que van a explotar si tienen que lavar otro cesto lleno de ropa o atar otro par de zapatos. Sus circunstancias son muy diferentes de las que enfrentaban sus abuelas, las cuales solían tener parientes y vecinas que les ayudaban a criar a sus hijos. Estaban rodeadas de madres, tías, hermanas y amigas que les daban aliento, consejo y apoyo en tiempos de necesidad.
Pero en la sociedad móvil y altamente mecanizada de hoy, las madres jóvenes están mucho más aisladas y solitarias. Muchas de ellas apenas conocen a la vecina de al lado, y sus hermanas y madres puede que vivan a miles de kilómetros de distancia. Por esa razón es muy importante para las que tienen niños pequeños mantenerse en contacto con el mundo exterior. Aunque parezca más seguro y menos agotador permanecer enclaustradas dentro de las paredes de una residencia, el hacerlo es un error. La soledad produce malos efectos en la mente. Además, hay muchas maneras de relacionarse con otras madres hoy, incluyendo las actividades de la iglesia, grupos de estudio bíblico, programas de apoyo, tales como «Moms In Touch International» (Madres en (Contacto Internacional) y «Mothers of Preschoolers» (Madres de Niños en Edad Preescolar).
También los esposos de madres que permanecen en el hogar necesitan, reconocer la importancia de su apoyo. Es sabio el hombre que planea una cita romántica a lo menos una vez por semana y se brinda a cuidar los niños para que la mamá pueda tener el descanso que tanto necesita.
En fin, el agotamiento puede evitarse aun en un hogar muy activo. Pueden evitarlo las familias que reconocen sus síntomas y dan los pasos necesarios para impedirlo.
Escrito por: Dr. James Dobson
El corazón de Hogar.
Narrado por: Mario Palafox Martínez