En el mundo entero la sociedad está en desorden, y se necesita una transformación radical. La educación dada a la juventud moldeará toda la organización social.—El Ministerio de Curación, 317 (1905).
LA NECESIDAD DE ENSEÑAR AGRICULTURA
Nuestros colegios podrían ayudar eficazmente a disminuir el desempleo. Miles de seres impotentes y hambrientos, que diariamente incrementan las filas de los criminales, podrían ganarse la vida en forma feliz, sana e independiente, si se los orientara hacia el trabajo de labrar la tierra para que lo hicieran con inteligencia y habilidad.—La Educación, 220 (1903).
LA EDUCACIÓN CONTINÚA TODA LA VIDA
En la escuela de Cristo, los estudiantes nunca se gradúan. Entre los alumnos se cuentan tanto viejos como jóvenes. Aquellos que prestan atención a las instrucciones del divino Maestro, crecen constantemente en sabiduría, refinamiento y nobleza del alma. Y así están preparados para entrar en aquella escuela superior donde el progreso continuará durante toda la eternidad.—Consejos para los Maestros Padres y Alumnos acerca de la Educación Cristiana, 50 (1913).
LA VERDADERA AMBICIÓN
Queridos jóvenes, ¿cuál es el blanco y el propósito de la vida de ustedes? ¿Ambicionan una educación a fin de tener renombre y posición en el mundo? ¿Han pensado lo que no se atreven a expresar, de que un día puedan estar en la cima de la grandeza intelectual; que pueden sentarse en los concilios deliberantes y legislativos y ayuden a dictar leyes para la nación? No hay nada de malo en esas aspiraciones. Cada uno de ustedes puede dejar su huella. No deberían conformarse con logros insignificantes. Apunten alto y no escatimen esfuerzos para alcanzar esa norma.—The Review and Herald, 19 de agosto de 1884; Fundamentals of Christian Education, 82.